martes, 21 de marzo de 2017

Si las ADVERSIDADES son VIENTO conviértete en FUEGO

...EN LUGAR DE EXTINGUIRTE , TE HARÁN INFINITAMENTE MÁS GRANDE

Cuando las tragedias afectan a mucha gente, en general son más fáciles de superar que la tragedia individual. La persona que se siente parte de un grupo, sea la familia, los amigos, religioso, etc, supera la adversidad mejor que el que se siente aislado.

En general los seres humanos que se han enfrentado a adversidades muy fuertes como la muerte de seres queridos, graves enfermedades o experiencias como una guerra un terremoto , etc..., en general en muy lentamente  superan esas adversidades. Eso no quiere decir que se olvide, eso no es posible,  pero gracias a la resiliencia esa persona vuelve a disfrutar de la vida, a pensar que vale la pena apreciar su día a día.



¿Qué es la resiliencia?
-La resiliencia es una cualidad de la física que mezcla la resistencia y la flexibilidad, un ejemplo sería un muelle o una caña de bambú que se dobla pero no se rompe. Cuando esto se aplica al ser humano representa la capacidad natural y universal que para encajar y superar adversidades de todo tipo, unas son esperadas o esperables como la muerte de un ser querido por enfermedad y otras son imprevisibles como puede ser un desastre natural .
¿Qué elementos la componen?
-El primero es la solidaridad entendida como sentirse parte de un grupo; otro es pensar que tenemos un cierto control sobre nuestra vida y la situación que enfrentamos. Obviamente no se tiene control sobre el terremoto, pero hay estudios que demuestran que las personas que localizan el centro de control de su vida en ellas mismas tienen más posibilidades de sobrevivir a una tragedia o de salir adelante más fácilmente que las personas que sienten que el control está fuera de ellas con la actitud de “que sea lo que Dios quiera”, por la sencilla razón que toman menos medidas de autoprotección.
Otro factor es la autoestima, las personas que se valoran a sí mismas y tienen confianza en su capacidad para luchar, para estar dentro del pensamiento positivo y dentro de éste, de la esperanza, en pensar que lo que me ocurre -las consecuencias -, no va a durar para siempre. Finalmente es el tener motivos para vivir, algo tan sencillo como eso. 

-Las personas que han superado momentos muy difíciles a menudo descubren cualidades que no sabían que tenían, descubren que son más fuertes de lo que pensaban. También hay gente que considera que estas experiencias los han hecho mejores personas, porque aprecian más las relaciones con los demás, o modifican sus prioridades, separando lo importante de lo que no lo es tanto y pueden disfrutar más de la vida. Yo mismo tras un episodio que sufrí hace 7 años y con la incertidumbre de lo que iba a ocurrir, decía que había que celebrar los cumpledías, no los cumpleaños. 

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