Es curioso que cuando has dado
algo importante por perdido, un punto específico en tu vida en el cual perdiste
la fe, aparecen esas fuerzas tan importantes y necesarias como el amor, el
perdón, la sensación que empuja a volver a dar una oportunidad.
Todos
sentimos dolor y todos más de una vez hemos atado fuertemente el convencimiento
para negar a alguien de por vida. Pienso que la conciencia ocupa un lugar muy
importante en nuestras vidas, te hace recapacitar y meditar, consiguiendo así
llevarte al perdón, a romper esa promesa que firmemente hiciste un día.
La
coherencia y la conciencia ablandan el corazón cuando el error medianamente así
lo requiere, es inteligente haciéndote ver el otro lado de las cosas, casi todo
tiene un perdón y todos tenemos la capacidad de perdonar.
Entiendo
también a quien convive con el odio, pues quien sufre ese estado en su literal
forma, debe haber sentido un dolor horrible e insoportable, sentimiento
demasiado fuerte que eclipsa al perdón, al amor y no deja ver ningún tipo de
arrepentimiento aunque lo halla, no me gustaría vivir con ese gran enemigo. Es
fácil dejar salir esa palabra de tu boca, pero realmente pienso que pocos lo
sienten firmemente en su definición exacta.
Hacemos
daño a los nuestros, los quebrantamos con disgustos en mil formas, los cansamos
de mentiras y camaleónicos disfraces en nuestras formas, pensamos que somos los
únicos, queremos que el mundo se compadezca de nosotros y ellos que no están
tan lejos como creemos, castigan y nos parece que están siendo injustos, nos
destierran y les maldecimos por llevar nuestro apellido, dejar pasar el tiempo
haciéndote pensar que ya no ocupas ningún sitio en su corazón ni en su
pensamiento y te resignas, el convencimiento de su decisión sobre ti la tienes
clara, lo están llevando a cabo, dejarte solo, ahora no le importas a nadie,
tanto como para pensar que ni a quién te ha parido.
Piensas
que no has hecho nada como para ese extremo, que el daño y el dolor te lo haces
tú, pero estás muy equivocado.
Has
roto el alma de los tuyos, has jugado con su paciencia, tropezaste y volviste a
buscar la misma piedra, y tú exiges perdón. Pregúntate si lo mereces.
Por
eso el tiempo lo cura casi todo, ellos esperan ese momento, ese ser tu como
ellos dicen, el que yo conocí y eres te repiten siempre. Les aparecen los buenos
recuerdos, nace y reviven el amor que siempre han sentido por ti, su conciencia
se hace fuerte y convence a su corazón para amar, sentimiento que realmente
nunca se había perdido, solo estaba dormido. Ahora les dicta que si es el
momento para dar el paso de hacértelo ver y por fin su perdón.
Hacía
tiempo que esperaba el mío, lo curioso que esta vez, sin hacer nada especial, "simplemente siendo yo mismo", se que se ha curado una herida en un corazón muy
importante.
Gracias al amor, gracias a la fuerza que cada día te ofrece la
vida, gracias a los vínculos soldados desde el principio de mi tiempo y lo mas significativo de mi vida LOS VALORES QUE DÍA TRAS DÍA SEMBRARON MIS PADRES EN MI .
Estás
de nuevo aquí, yo siempre estaré contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario