Todos sufrimos en algún momento de esta fatiga mental. La toma de decisiones es inevitable, por lo que nuestra fuerza de voluntad es fluctuante.
El saber que la energía mental disminuye conforme tomamos más decisiones nos ayuda a priorizar lo que es importante y lo que no lo es.
1- Las Decisiones Importantes Primero
Una buena estrategia para priorizar y evitar tomar malas decisiones es: tomar las decisiones más importantes primero y dejar las menos importantes para más tarde. Las decisiones importantes son aquellas en las que requieres de concentración y sobre todo de fuerza de voluntad. De esta forma te aseguras que tu energía mental este a tope.
2- Crear Buenos Hábitos En Tu Rutina
Sin embargo, la mejor forma de ahorrar energía mental y conservar nuestra fuerza de voluntad es simplemente creando hábitos positivos en nuestra rutina.
Si te fijas, cuando estas acciones cotidianas, se convierten en hábitos, se requiere de una mínima energía mental para llevarlas a cabo. De tal forma que mejora tu capacidad para tomar buenas decisiones a lo largo del día (tienes más fuerza de voluntad)
Cuando tienes buenos hábitos en tu rutina, ahorras tu energía mental y aumenta tu fuerza de voluntad
Tus hábitos buenos o malos, también son decisiones. La ventaja (o desventaja) es que están de forma automática por lo que no te representan un esfuerzo mental. Por ejemplo: Cepillarte lo dientes, deja de ser una decisión porque se trata de un hábito. En cambio elegir tu ropa cada mañana, si es una decisión.
Solo de esta forma estarás tomando menos decisiones. Simplemente porque el hábito es automático, ahorrando así energía mental para otras decisiones importantes.
por Tania Sanz
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