¿Qué significa ser respetado?
Todas las personas merecemos ser respetadas y reconocidas como tal.
El respeto, podemos definirlo, de una forma sencilla, como el reconocimiento de uno mismo como entidad única y considerado como un igual.
Pero cuando hablo de hacerse respetar, nos estamos refiriendo a que queremos que las personas con las que nos relacionamos nos reconozcan como iguales, nos valoren como iguales y acepten nuestras visiones y opiniones del mundo (digo acepten, que no quiere decir que las compartan).
Factores importantes para ser respetado
Cuando hablamos de hacerse respetar, lo primero que viene a mi cabeza son tres ideas: Autoestima, asertividad y autenticidad.
AUTOESTIMA:
Para ser respetado, la primera persona que tiene que respetarte es tu mismo.
La autoestima, el cómo nos vemos y valoramos a nosotros mismos, es la primera pista que damos a las personas de nuestro entorno para saber si somos alguien merecedor de ser respetado.
En general, no nos gustan las personas con poca autoestima y tendemos (sin darnos cuenta en muchas ocasiones) a tratarlas peor de lo que se merecen.
Las personas con autoestima baja tienden a ser inseguras y las personas poco seguras son menos respetadas.
ASERTIVIDAD
La asertividad es la capacidad de hacer valer tus derechos y opiniones sin ofender al resto. Un buen ejemplo de asertividad es ser capaz de decir No cuando alguien te pide un favor, sin ofender, pero si ceder en tu no.
Si eres una persona poco asertiva, sino sabes defender tus derechos y opiniones, las personas de tu entorno irán perdiéndote el respeto.
AUTENTICIDAD
Vivimos en un mundo tan incomprensible, que todos y cada uno de nosotros queremos ser normales, igual que los demás, y a la vez queremos ser únicos y originales.
Necesitamos sentirnos similares y aceptados con nuestro grupo de iguales, pero a la vez queremos ser genuinos e irrepetibles.
Y en el fondo, da absolutamente igual si eres la persona más normal o la más atípica de este mundo. La única forma de hacerse respetar por tu entorno es ser tú mismo.
Puedes aprender a modelar y cambiar las cosas de ti mismo que no te gusten, pero no puedes ser feliz y respetado tratando de ser quien no eres (quizás funcione a corto plazo, pero largo plazo, conforme descubran tu falta de autenticidad, te irá, perdiendo el respeto y el afecto).
Hacerse respetar no es dar miedo
A menudo nos encontramos con personas que confunden el respeto con el miedo.
Cuando temes alguien, no le respetas, sino que (perdón por la repetición), simplemente le temes.
Y es verdad que el miedo puede parecer respeto en muchas ocasiones.
Pero el miedo genera frustración, odio y venganza y, te aseguro, que todo eso no tiene nada que ver con el respeto.
Cuando “respetas” a alguien porque le tienes miedo, al fin y al cabo lo “respetas” por la capacidad que tiene de hacerte daño y cuando pierde esa capacidad, pierde todo “el respeto”
Hay personas a las que les gusta dar miedo y disfrutan de ello, pero excepto de seas un poco psicópata y disfrutes con el sufrimiento ajeno, dar miedo para hacer valer tus opiniones no te ayudará a ser feliz
También es buena idea aprender de personas respetables (observa a personas respetadas (que no temidas) y trata de aprender que comportamientos hacen, como hablan, cómo reaccionan ante el resto de personas, …)
Si sientes que no eres respetado, y quieres aprender a serlo, siento decirte que no te va a ser suficiente con leer un post. Tendrás que analizar qué factores y causas externas a ti están influyendo y que factores tuyos están provocando esta situación.
Después de realizar este análisis tendrás que empezar a aplicar los cambios necesarios.
Puedes necesitar ayuda (por ejemplo, trabajar con u psicólogo para mejorar la autoestima o aprender a ser asertivo) o aprender a través de la lectura técnicas asertivas.
Y tendrás que esforzarte, entrenar duro y practicar mucho tu nueva forma de actuar para conseguir hacerte respetar.
,,,,,,y para terminar , RECUERDA :
Nada que merece la pena se consigue sin esfuerzo. Pero por otro lado cuando nos esforzamos por conseguir un reto, y lo logramos, la satisfacción es doble.
Fdo
Juan Barberá
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