martes, 16 de mayo de 2017

Observa tu "sombra"… Watch you "shadow"…


La Confianza Simple

          es la confianza del niño: Es una confianza primaria, que todos tenemos en nuestra infancia. Fluye de manera automática, no es reflexiva, no se cuestiona a sí misma, es una confianza total y completa y, cuando se rompe (y se rompe siempre en algún momento de la infancia), se rompe para siempre, porque aparece algo que antes no estaba, que es la DESCONFIANZA.

La Confianza Alimentada 

          es un tipo de confianza que se construye de manera consciente y reflexiva. Separa a unos de otros, es consciente de sus límites. También se puede romper pero permite ser reconstruida. La Confianza Alimentada tiene tres aspectos fundamentales:
  • Vive en el dominio de los juicios: La confianza Alimentada es un juicio: Yo juzgo que puedo confiar (o no confiar) en esta persona.
  • Tiene la necesidad de ser cuidada, alimentada: Cuando confío en alguien, decido mantenerme confiado, sostengo la confianza, la cuido, la alimento.
  • Genera la capacidad de actuar en interrelación con otros: Cuando confío en alguien puedo accionar en interrelación con él.
La confianza se sustenta en tres juicios que distinguimos en el lenguaje para poder trabajar sobre ellos de manera independiente:

1 Sinceridad:     
       
Yo juzgo que lo que dices es verdad y por tanto creo que eres sincero (o que es mentira y por tanto creo que mientes). Es un juicio relacionado con la ética del otro.
Este juicio sobre la sinceridad del otro está muchas veces basado en hechos contrastados, pero no siempre es así. En ocasiones juzgamos que el otro no está siendo sincero y le retiramos nuestra confianza, sin llegar a chequear los hechos de manera fiable (cuando aceptamos rumores y tomamos por válido algo que nos dice una tercera persona, cuando interpretamos de forma inadecuada determinadas situaciones, etc.).

Por otra parte, hay muchos factores que pueden llevar a una persona a ser insincera sobre los que se puede intervenir. Por ejemplo, en algunas organizaciones existe una cultura en la que el error es duramente castigado y perseguido. En este tipo de ambientes, es mucho más probable que los empleados mientan porque tienen miedo a las consecuencias. Sin embargo, en las empresas en las que el error es considerado como una posibilidad y valorado como una oportunidad de aprendizaje, los empleados se sienten más libres para decir la verdad. Estas mismas dinámicas se reproducen de la misma manera en muchas relaciones padre - hijo o jefe – colaborador.

2 Competencia:   
    
Yo Juzgo que eres competente (o no competente) para cumplir tu promesa. Creo (o no creo) que eres capaz de hacerlo.
En las organizaciones encontramos a menudo juicios sobre la incompetencia de los otros que minan y debilitan las relaciones. Sin embargo la falta de habilidad tiene solución a través del entrenamiento y el desarrollo. Muchos jefes juzgan incompetentes a sus colaboradores y, paradójicamente, no establecen acciones encaminadas a resolver la situación porque cuando la desconfianza se instaura, no confiamos en que el otro sea capaz de superar su falta de competencia.

3 Credibilidad:  
       
Esta tercera dimensión afecta a las otras dos. Supone que tus antecedentes, las experiencias que he tenido contigo en el pasado, me hacen confiar (o dudar) de tu sinceridad y/o de tu competencia.
La credibilidad es una dimensión en la que hacemos una predicción sobre el futuro: si fuiste sincero en el pasado, yo juzgo que serás sincero en el futuro. Si incumpliste tus promesas, predigo que seguirás haciéndolo, si ejecutaste bien una tarea, creo que lo harás bien en el futuro...
La credibilidad funciona de tal manera que tiene la capacidad de distorsionar nuestra percepción de la realidad: por ejemplo, si confiamos profundamente en la competencia de una persona, y se produce un hecho que contradice nuestra percepción, es muy posible que tendamos a minimizarlo o incluso que no lleguemos ni siquiera a darnos cuenta, para evitar lo que los psicólogos llaman disonancia cognitiva. Por ejemplo: si yo juzgo que esta persona es competente, todo lo que haga me parecerá adecuado y, si se equivoca, probablemente lo pasaré por alto o lo justificaré. Si yo considero que esta persona es incompetente, todo lo que haga me parecerá torpe e inadecuado y solo veré errores en sus acciones.

La Credibilidad es probablemente la más débil de las tres dimensiones porque es obvio que no tenemos manera de saber lo que va a ocurrir en el futuro a ciencia cierta. Y sin embargo, actúa con enorme eficacia en nuestras relaciones. 

El viejo dicho “créate fama y échate a dormir” tiene algo que ver con esta dimensión.

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